Estimados compañeros:
Cuando viajaba al Perú por razones de trabajo, me alojaba en algún hotel de Miraflores, ! que hermoso nombre !
! mirar flores ! Pero yo me pasaba todo el día recorriendo asentamientos humanos, o como también les llaman, Pueblos Jóvenes.
Intenté apoyar a cuantas personas que pude, no fue mucho pero lo poco que pude, les pareció mucho a algunos pocos, de los muchos centenares de miles de personas que viven en esos lugares en situación de extrema pobreza. Son muchas las experiencias que puedo contar durante mis múltiples presencias allí, pero me limitaré a contar una que en estos momentos viene a mi memoria.
Visité una chabola, cuatro paredes de tablas y cañas, con un techo de plásticos y cartones, como la mayoría de las " viviendas " de aquellos lugares, estaba habitada por una señora cargada de hijos, su marido había muerto probablemente de alguna enfermedad facilmente curable, si hubieran tenido medios para costear su tratamiento.
Le pregunté a la Sra. ¿necesitan ayuda? me respondió no gracias tenemos de todo, le invitamos a comer, acepté con dolor, vergüenza y respeto, nos sentamos en un suelo arenoso, y la Sra. de una olla que tenia en un hornillo en el suelo nos puso un cazo casi vació de arroz blanco ha cada uno de sus hijos y a mí.
Es la comida más dulce y amarga que he comido en mi vida. Dulce por el gran Amor que desprendía aquella familia y amarga por la terrible impotencia y vergüenza que sentía, ante aquella situación.
Me despedí de ellos, con un gran agradecimiento y respeto, como nunca más he vuelto a sentir en mi vida.
Volveré a visitarles les dije, la Sra. me respondió ! YA SEÑOR ! ante la atenta mirada risueña y limpia de los niños. Siento en el Alma, no tanto no haber podido regresar a Miraflores, si no, no haber podido volver a estar con aquella familia, que con un poco de arroz creían tenerlo todo. ! QUE GRAN LECCIÓN !.
Cuanto me gustaría poder regresar para AYUDAR AYUDANDO.
Vivencias de Gumersindo Ruíz Álvarez.
Hermosa leccion la de esa familia, entre su pobreza, son felices.
Te felicito por tu compromiso.
Un placer leerte.
Un besito Rosario
Gracias Rosario. Por tus palabras de aliento y reconocimiento.
Son tan sencillas hermosas y poderosas, que aumentan nuestras fuerzas para seguir con más convicción con nuestros propositos. AYUDAR AYUDANDO.
Recibe todo nuestro afecto.
Gumer
vaya me parece un buen gesto de tu parte y muy buena tu labor.. felicidades.